La marca austriaca vuelve a apostar por un diseño afilado, prestaciones puras y un equipamiento sin igual en su categoría. KTM va a reforzar su posición entre las naked con un modelo que tiene todos los mimbres para romper el mercado entre las de su cilindrada. Para que así sea, KTM ha clonado la fórmula que tan bien ha funcionado en la nueva generación de las 1290 SuperDuke R, 390 Duke y 125 Duke. Disponible en el clásico color naranja Ready to Race que distingue a toda la gama KTM, también lo estará en negro. Su línea, muy cercana al resto de las Duke última generación, está firmado por KISKA, los mismos que moldearon el espectacular prototipo que ha dado pie a este nuevo modelo. El minimalismo, es decir, la supresión de cualquier elemento superfluo de la carrocería, es uno de los valores de toda KTM. No hay ni rastro de líneas redondeadas, ya que ese diseño afilado quiere ser una promesa en firme de un pilotaje excitante.